Su sutil olor nos tranquiliza y hasta nos lleva a los “brazos de Morfeo”. Su sabor nos acompaña en deliciosos postres e infusiones. Sus flores dan un hermoso toque de color a nuestros jardines, agradable para nuestras amigas las abejas. Sí, hablo de la lavanda.
Originaria de países Mediterráneos y el norte de África, esta hierba de hermoso color ha sido utilizada para fragancias y lociones. Aunque existen muchos nombres genéricos, así como subespecies de plantas, en la medicina herbolaria se destaca la Lavandula officinalis, también conocida como Lavandula angustifolia.
Hay varias versiones sobre el origen de su nombre. Dicen por ahí que deriva del francés antiguo lavandre o del latín lavare que significa lavar, por el uso que se le ha dado como infusión. Otra idea es que su origen venga del latín livere, que significa azulado.
Cualquiera que sea su origen, lo cierto es que la lavanda nos ayuda a limpiar cuerpo y mente. Esta fantástica planta es básica en nuestro botiquín naturista, sea en cualquiera de sus presentaciones — aceite esencial, tintura, crema, hojas secas, tónico, infusión. A continuación menciono algunos de sus beneficios.
- La lavanda es una planta multifacética, debido a que la flor y el aceite que se sustraen de ella favorecen en muchos aspectos al cuerpo y a la mente, es decir, alivia un fuerte dolor de cabeza, previene el insomnio y es un buen condimento para las comidas. Para que disfrutes de estos beneficios te damos cinco remedios caseros:
- Combate la caspa: El aceite de lavanda ayuda a eliminar este molesto problema capilar o previene la caída del cabello. Sólo mezcla 15 gotas de aceite de esta planta con dos cucharadas de aceite de oliva y almendra; calienta durante 10 segundos en el microondas y aplica en el cabello mojado. Masajea durante 10 segundos y coloca una gorra de baño; deja reposar una hora y lava normalmente.
- Desinflama: Los polifenoles (antioxidantes) que contiene la lavanda reduce las bacterias del intestino, por lo que es un gran desintoxicante. Espolvorea un poco de lavanda seca sobre tus comidas.
- Calma la comezón: Con la lavanda te puedes olvidar de las molestas ronchas de mosquito. El aceite de esta planta es un antiinflamatorio natural que reduce la picazón, inflamación y enrojecimiento. Cuando tengas un piquete, aplica una gota o dos de aceite en el área y espera 15 minutos; aplica cada seis y ocho horas en las siguientes 24 horas.
- Te relaja y favorece el descanso: Tan sólo oler el aceite o las flores de lavanda te produce sueño, debido a que disminuye tu frecuencia cardiaca y la presión arterial. Puedes colocar las hojas secas en un molde cerca de tu mesa de noche. En entrevista para Salud180.com, Liviere Martín del Campo, directora de capacitación de Lucy Garden Spa, explica lo útil de la lavanda para el insomnio:
- Mejora tu estado de ánimo: Al añadir unas gotas de aceite de lavanda y de semillas de uva al agua de baño, notarás cómo te sientes más relajada y feliz. Por las noches puedes disfrutar de un baño con estos aceites y dormir profundamente.
Aprovecha estos remedios caseros para mejorar tu bienestar y acabar con los cólicos, el acné, el dolor de muelas, las náuseas y la pérdida del apetito. Por ser un producto natural, es recomendable para las personas de todas las edades.
Y tú, ¿ya disfrutas de los beneficios de la lavanda?
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