Recuerdo mi primer encuentro con KUNDALINI yoga.

Todo comenzó en un taller de yoga en Madre Tierra. La primera clase la impartió la querida Param Gian Kaur y con solo verla movió algo dentro de mí, la luz, paz y armonía que irradia, fue como si el sol acabara de entrar por la puerta del salón.

Conforme se desarrolló la clase supe que era justo lo que había estado buscando por años (probé varias clases de yoga en varios lugares pero nunca logré conectar).

He ido y venido en el camino pero no he abandonado por completo.

Este año hemos formado una tribu liderada por nuestra querida Param, mujeres maravillosas que no dejan de sorprenderme con su fortaleza, carisma, entusiasmo y entrega. Todas aportan y transmiten su energía y luz propia y compartir con todas y cada una de ellas es una gran bendición. Me siento muy honrada y agradecida por haber coincidido con ellas.
Aparte de que en esta ocasión he podido compartir esta experiencia con mi mamá y eso hace aún más bello este camino.
Si una crece, crecemos todas, si una sana, sanamos todas.
KUNDALINI me ha enseñado a verme con amor, comprensión y sin juicio; a ir venciendo mis propios límites (que solo están en mi cabeza.) Estoy descubriendo que soy capaz de mucho más de lo que llegué a imaginar y que todo es posible si solo me tomo unos segundos para respirar, escucharme, sostenerme en mi y en la sabiduría que ya existe dentro de mi.

Gracias a Madre Tierra, a mi maestra Param Gian Kaur y a todas las maravillosas mujeres que han contribuido para enriquecer este espacio!!!
Sat Nam 🙏🏻